Stella Maris se encontraba en su vivienda cuando fue sorprendida por dos hombres encapuchados que entraron por la ventana. Minutos previos, había estado conversando con Mónica a través de la computadora. En un descuido, dejó abierto el chat, y pronto ese canal se convirtió en un aliado importante para el desenlace de la historia.
"Me ataron, me amordazaron y me golpearon. Les dí todo lo que tenía", relató a TN la víctima sin salir todavía de su asombro por todo lo ocurrido.
Desesperada, Mónica advirtió la situación mediante la pantalla de la PC y, rápida de reflejos, se comunicó con la policía para que frustrara el asalto. "Me acordé que en el GPS tenía la dirección y traté de intervenir llamando a Stella para distraer. La sensación de impotencia que se siente [estando del otro lado] es muy fuerte", confesó Mónica.
En esa espera hubo también momentos de incertidumbre y tensión cuando se apagaron las luces y vio que arrancaban la computadora del lugar: "Quedé desconectada. Me fui a la casa sin saber con lo que me iba a encontrar o si la policía había podido actuar".
Afortunadamente, su amiga estaba sana y salva, pese a los miedos por los que atravesó estando atada. "Todo habrá durado 20 minutos. Es un momento muy límite. Pensaba en mis hijas, que me iban a encontrar con un tiro en la cabeza. Ellos [los delincuentes] estaban acomodados como para quedarse mucho tiempo", describió aliviada