Un sacerdote del rito bizantino ucraniano fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por haber abusado sexualmente de una alumna que asistía al colegio de la ciudad de Apóstoles, en la zona Sur de Misiones, que estaba a su cargo.
Al momento de producirse la agresión, la víctima tenía apenas cuatro años .
La sentencia se conoció recién ocho años y siete meses después de que los padres de la víctima realizaran la denuncia ante la Policía. Sin inmutarse y con los brazos cruzados, Estanislao Chomín (72) escuchó el fallo ayer al mediodía en el Tribunal Penal 1 de Posadas. Los camaristas Martín Errecaborde, Eduardo D’Orsaneo y la subrogante Marcela Leiva, le impusieron la pena máxima establecida para el delito de abuso sexual sin acceso carnal. Por la edad del condenado, la Justicia decidió otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria.
Chomín tenía 63 años cuando fue denunciado por los padres de una nena de cuatro años que concurría al colegio San Josafat de Apóstoles. El caso salió a la luz porque la pequeña le dijo a su mamá que no quería ir a la escuela y, además, se quejaba de dolores en la zona genital .
La mujer le preguntó en esa oportunidad a la nena si algún amiguito o maestra la había tocado, pero la víctima respondió que era “el padre Chome " , como era conocido el sacerdote. La menor agregó que el hombre la llevaba a su dormitorio, la sentaba en su regazo y la manoseaba.
Para comprar su silencio, le daba caramelos.
Si bien los fundamentos de la sentencia se conocerán recién la próxima semana, resultaron fundamentales los testimonios de la víctima en Cámara Gesell y también el de la psicóloga que la atendió debido al trauma sufrido.
La fiscal Liliana Picazo pidió el máximo de la pena establecida para el delito de abuso sexual simple por considerar que el religioso “violentó la personalidad de una comunidad toda y la de una niña y su familia” . Picazo cargó con dureza al señalar que “los casos de pedofilia en las estructuras católicas crecen porque se los silencia” y responsabilizó al colegio de encubrirlo. En su alegato, rescató a una docente, que se animó a contar que efectivamente Chomín había llevado a la nena hacia el sector donde tenía su habitación.
Por su parte, el defensor Gustavo Bagliani pidió la absolución por considerar que las pruebas colectadas durante el juicio oral –pero no público– resultaban insuficientes para una condena.
Poco antes de conocer la sentencia, el sacerdote negó haber manoseado a la nena , aunque reconoció que estuvo en su habitación. “Se me acusó de muchas barbaridades”, aseguró. Sobre el motivo por el cual llevó a la nena a su habitación, dijo que “ella se había golpeado y lloraba mucho . La maestra no podía calmarla y me la dio”.