Colombiano asesinado por Sicarios

Los investigadores del crimen del colombiano asesinado el martes en Barrio Norte buscaban intensamente a una mujer que, procedente de Colombia, este mes estuvo tres días en un hotel de Buenos Aires y cuyo pasaje aéreo con el que ingresó a la Argentina fue hallado en la camioneta de la víctima.

Los pesquisas analizaban también el dinero, los cinco celulares y unos 30 chips telefónicos hallados en el mismo vehículo de la víctima, Carlos José Brausin García, de 39 años, y grabaciones de cámaras de seguridad ubicadas en los alrededores de la escena del crimen.

Fuentes de la investigación informaron que el colombiano se movilizaba en una camioneta 4X4 Honda CRV que fue secuestrada por los investigadores y en cuyo interior se encontraron 5.000 dólares, 5.000 pesos, billetes sueltos de moneda colombiana y los aparatos telefónicos.

Hasta el momento, un ajuste de cuentas entre narcos es la principal hipótesis de los investigadores, según publica el diario Clarín.

También se halló un pasaje de una mujer que ingresó al país el viernes 6 de este mes y valijas con ropa de hombre y de mujer.

Según las fuentes, esta mujer estuvo alojada tres días desde que llegó en un hotel de Buenos Aires y hasta esta noche los pesquisas no habían tenido novedades sobre su paradero.

La principal hipótesis que manejan los pesquisas es que la buscada era la pareja de Brausin García y que aún no salió del país, aunque esta última circunstancia estaba siendo cotejada con los datos solicitados por el fiscal de la causa, Juan Andrés Necol, a la Dirección Nacional de Migraciones.

Para los investigadores, tanto la víctima como esta mujer tenían movimientos migratorios frecuentes y, al mismo tiempo, distintos lugares de alojamiento en esta Capital Federal y el conurbano bonaerense.

Uno de esos puntos donde se cree estuvo instalado el colombiano fue en el partido bonaerense de San Martín, dijeron los informantes.

Para identificar a Brausin García, los investigadores se basaron en una licencia de conducir colombiana encontrada en su poder, por lo que se pidieron informes a ese país para obtener datos de esa persona y comprobar fehacientemente que le pertenecía.

En tanto, el fiscal Necol encomendó analizar las grabaciones de las cámaras instaladas entre Marcelo T. de Alvear y Talcahuano hasta la altura de la iglesia San Nicolás de Bari -frente a la cual se secuestró el arma homicida- para tratar de identificar al asesino y proyectar una posible ruta de escape.

Según los voceros, Brausin García recibió al menos cuatro de los nueve tiros que le disparó el supuesto sicario que lo ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros marca Bersa.

Los pesquisas determinaron que el atacante tripulaba una moto Zanella Enduro nueva, que dejó abandonada en el lugar y que aún tenía colocado el plástico de protección del asiento, lo que hace presumir que acababa de adquirirla o de robarla.

La moto fue hallada con las llaves puestas y en marcha, lo que indica que el atacante planeaba huir en ella, aunque la aparición imprevista de un policía lo hizo desistir y escapar a pie.

En su carrera por la calle Talcahuano y por la avenida Santa Fe, además de efectuar disparos intimidatorios, el asesino se descartó del arma homicida, un buzo, una gorra y un par de guantes.

Esta última prenda explicaría por qué los peritos no hallaron huellas dactilares tanto en la moto como en la pistola.

De acuerdo a los investigadores, el asesino se había camuflado, por lo que todas las sospechas apuntan a un sicario contratado para ejecutar al colombiano, probablemente por motivos vinculados al narcotráfico.

El hecho ocurrió a las 18:45 del martes en Marcelo T. de Alvear, entre Talcahuano y Libertad, en la zona porteña de Barrio Norte.

Las fuentes policiales indicaron que un efectivo que estaba de consigna a unos 50 metros del lugar escuchó detonaciones de arma de fuego y al aproximarse observó a un hombre herido en el suelo.

Si bien personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) concurrió al lugar, la víctima murió casi en el acto ya que tenía al menos un balazo en la cabeza y otros tres en la espalda.

El policía intentó atrapar al agresor, quien escapó a la carrera hasta perderse entre los transeúntes.

Además del fiscal Necol, en las pesquisas trabajaba personal de la comisaría 17ma. y de la división Homicidios de la Policía Federal.