Los Asesinos Ken y Barbie

Paul Kenneth Bernardo nació el 27 de agosto de 1964 en un pueblito de Canadá. Ya desde temprana edad fue un joven atractivo y llamativo a las mujeres. Su altura, sumado a sus cabellos rubios y ojos claros le valieron rápidamente novias.

Desde adolescente le gustaba practicar el sexo duro y sadomasoquista con sus novias. Para 1987 se logró graduar de contador. Solía grabar en las paredes de su habitación frases extraídas de textos de superación personal. Y tenía una fantasía: tener un séquito de vírgenes desnudas a las que poder someter.

Karla Leanne Homolka, nació un 4 de mayo de 1970 en Canadá. Su infancia no fue conflictiva. Amaba los animales y trabajaba en una tienda de mascotas. Fue a raíz de su trabajo en la tienda que conoció a Paul y su vida cambiaría por completo.

El 4 de mayo de 1987, Bernardo cometió su primera violación en Scarborough. La víctima fue una mujer de veintiún años, a la que atacó frente a la casa de sus padres, después de seguirla durante un buen rato. El ataque duró más de media hora; Bernardo la golpeó hasta dejarla inconsciente y después la violó vaginal y analmente.

Diez días después, el 14 de mayo, Bernardo cometió su segunda violación. Atacó a una chica de diecinueve años en el patio trasero de la casa de los padres de ella. Esta vez, el ataque duró más de una hora. El 27 de julio, Paul Bernardo intentó cometer su tercera violación. A pesar de que golpeó a una joven mujer, cesó su intención cuando la mujer se defendió y le asestó varios puñetazos en el rostro, rasguñándolo además.

El 17 de octubre de 1987, Karla Homolka, quien en ese entonces contaba con diecisiete años, conoció a Paul Bernardo, de veintitrés, en un restaurant de Scarborough. Se gustaron de inmediato; a la jovencita le impactó la seguridad de aquel seductor.

Una hora después estaban juntos en la cama. Continuaron viéndose durante los siguientes meses, mientras ella seguía en la escuela. Su relación, basada en el sexo y una profunda codependencia, marcaría la historia del crimen.


LA VIDA JUNTOS

Aparentaba ser el novio ideal de una chica perfecta, pero Paul Bernardo era un depredador.

Su instinto sexual era desaforado: necesitaba tener sexo constantemente, casi de manera compulsiva, y requería causar dolor para poder funcionar y excitarse.

El sexo con Karla Homolka le parecía desabrido, y no desfogaba con ella sus impulsos crueles por temor a un escándalo.

Durante un largo tiempo, Paul Bernardo siguió cometiendo múltiples asaltos sexuales, escalando en violencia, en los alrededores de Scarborough, Ontario.

La mayoría de los asaltos fueron perpetrados contra mujeres muy jóvenes a quienes acechaba después de que descendían de los autobuses de transporte público.

El 16 de diciembre, Bernardo consiguió consumar su tercera violación, esta vez en contra de una niña de quince años.

Otra vez, tardó cerca de una hora. Otra vez, nadie se dio cuenta.

Al día siguiente, el Servicio de Policía de Toronto emitió una advertencia para las mujeres en Scarborough que viajaban solas durante la noche, especialmente aquellas que tomaban el autobús.

Para el 23 de diciembre, Bernardo atacó por quinta vez y violó a una cuarta joven, de diecisiete años.

La amenazó con un cuchillo que siempre utilizaba para amenazar a sus víctimas. Después de esta violación, los medios comenzaron a referirse a él como “El Violador de Scarborough”. También la policía dio a conocer un retrato robot basado en algunas descripciones de testigos.

Estuvo unos meses inactivo, hasta que el 18 de abril de 1988, Bernardo atacó a otra joven de diecisiete años.

Esta quinta violación duró 45 minutos. El 25 de mayo, casi fue atrapado por un investigador uniformado de la Metro Toronto, mientras acechaba una parada de autobús. El investigador lo vio escondiéndose debajo de un árbol y lo persiguió a pie, pero Paul Bernardo consiguió escapar.

Sin atemorizarse, el 30 de mayo cometió su sexta violación, esta vez en Clarkson, un sitio al sudoeste de Scarborough. Este ataque fue contra una joven de dieciocho años y duró 30 minutos. Como siempre, la violó vaginal y analmente, la golpeó de forma salvaje, hasta que la víctima se desmayó. Invirtió un buen rato en violarla y después la abandonó, desnuda, sobre el piso.

LA VIDA DE KARLA

Después de finalizar sus estudios en 1989, Karla Homolka fue contratada como asistente en una clínica veterinaria de la ciudad de Thorold. Pero no duró mucho: fue obligada a renunciar luego de que se sospechara que había sustraído drogas.

Posteriormente encontró un trabajo similar en la Clínica Animal Martindale, por lo que no cursó estudios superiores, pese a haber sido aceptada por la Universidad de York y por la Universidad de Toronto.

El 24 de diciembre de 1989, Bernardo le propuso casamiento. Karla dijo que ese momento fue "el más romántico de su vida".

Pese a ello, pasaría más de un año para que el matrimonio se celebrara.

El 17 de junio de 1990, Paul Bernardo fue más allá de lo que había hecho hasta entonces.

Su nueva víctima, Elizabeth Bain, una joven a quien conoció en la Universidad de Toronto, fue vista con él por muchos testigos después de que ella estacionó su automóvil Toyota en el campus.

La chica desapareció y, días después, su cadáver fue encontrado en los alrededores de la ciudad.

La habían golpeado y violado; aunque esta vez, el agresor la había estrangulado.

Un joven llamado Robert Baltovich fue arrestado como sospechoso y, tras ser juzgado, fue condenado por la muerte de Bain. Tras una lucha legal que duraría diez años, fue absuelto en el año 2000. Años después, Paul Bernardo sería señalado como responsable del crimen, aunque él siempre negaría esta versión.

Durante el verano de 1990, Bernardo se obsesionó con Tammy Homolka, la hermana menor de Karla.

Gozaba espiándola por la ventana de su cuarto o entrando a su recámara para masturbarse mirándola mientras ella dormía. También sustraía la ropa interior usada de la chica para olerla y masturbarse.

En el mes de julio, Bernardo decidió poseerla.

Le ofreció cerveza a Tammy y la emborrachó hasta que la adolescente se quedó dormida; entonces intentó abusar sexualmente de ella. Pero no lo logró. Justo la joven comenzó a despertarse cuando él la tocaba.

Karla tenía sentimientos encontrados sobre su prometido. Un día lo enfrentó y Paul Bernardo decidió arriesgarse: sabía que Karla lo amaba locamente, así que le confesó su necesidad de atacar mujeres, violarlas y golpearlas.

Karla primero se horrorizó, pero cuando él amenazó con abandonarla, decidió apoyarlo.

Desde entonces, Karla y Paul se convirtieron en cómplices criminales.

EL MODO DE ACTUAR DE LA PAREJA

Paul le indicaba a su novia cómo comportarse, cómo vestirse, qué debía comer. En su diario, Karla escribía:

“No debo contrariar a Paul. Debo sonreír siempre que esté junto a él. Recuerda que eres tonta. Recuerda que eres fea”.


Primero, ella permitía que él saliera “de cacería”, utilizando un eufemismo que a él le encantaba. Luego, escuchaba las truculentas historias repletas de sórdidos detalles que él le contaba acerca de sus víctimas.

También le hablaba de otras amantes, a quienes les gustaban las prácticas sadomasoquistas y a las que él agredía de manera consensuada. Según declararía Karla tiempo después, se sentía "humillada e indignada", pero el miedo a perder a su novio era más grande.

Paul Bernardo no tenía intenciones de cambiar su vida. Obsesionado con su cuñada Tammy, le dijo a Karla que si realmente lo amaba, debía ayudarlo a que desvirgara a su hermana, de quince años de edad.

Karla Homolka accedió; consintió el violento acto viendo "una oportunidad para tomar control y mantener todo tranquilo dentro de la familia", según diría tiempo después.

Le prometió a su novio romper los cerrojos de la ventana de la habitación de Tammy, además de suministrarle Diazepam a su hermana y las amigas de su hermana, para que Paul cumpliera su fantasía.

Así fue como, mientras proyectaban su boda, también planeaban la violación de Tammy.

Seis meses antes de su casamiento, programado para el año 1991, Karla Homolka robó un anestésico llamado Halotano de la Clínica para mascotas Martindale.

El 23 de diciembre de 1990, Karla y Paul le administraron píldoras para dormir a Tammy en una bebida de ron y huevo.

Tammy perdió la conciencia, lo que les permitió a Homolka y Bernardo desnudarla. Luego, Karla le aplicó en la nariz y la boca a Tammy, un pañuelo empapado en Halotano.

Según sus declaraciones, Karla Homolka quería "darle la virginidad de Tammy a Paul como regalo de Navidad" debido a que, según dijo, Bernardo siempre le había reprochado que ella no era virgen cuando se conocieron.

Con los padres de la adolescente durmiendo en el piso de arriba, Karla y Paul se filmaron en video mientras violaban a Tammy.

Poco después, la adolescente comenzó a vomitar, estando aún inconsciente. Ambos criminales intentaron reavivarla, pero no fue suficiente.

Antes de llamar al 911, escondieron la evidencia, vistieron nuevamente a Tammy, quien tenía una quemadura química en el rostro, y la llevaron a la habitación que ocupaba en el sótano. Luego telefonearon para pedir una ambulancia.

Tammy permaneció internada unas horas en el Hospital General de St. Catharines, sin recuperar la conciencia.

Finalmente murió. Y claro, el Halotano tiene pésimas consecuencias mal administrado.

Pese a las evidencias que tenía Tammy, la policía creyó en la versión ofrecida por la pareja: que la adolescente había bebido demasiado y había sufrido una congestión alcohólica y luego ahogado en su propio vómito.

Tras el funeral de Tammy, Karla y Paul celebraron otro ritual: Karla se vistió con la ropa de su hermana muerta para que Paul la poseyera, fingiendo que era Tammy a quien él penetraba y golpeaba, para quitarle la virginidad; todo este macabro ritual fue filmado también.

Días después, se mudaron de la casa de los padres de Karla, para dejarlos lidiar con su duelo.

El 7 de junio de 1991, Karla Homolka invitó a una joven no identificada, de quince años de edad, a una "fiesta de chicas" a la casa que rentaban en Port Dalhousie.

Se había hecho amiga de ella dos años antes, cuando aún trabajaba en la tienda de mascotas. La adolescente la idolatraba y la veía como a su hermana mayor. Luego de una tarde de tiendas y restaurants, Homolka la llevó a su casa de la Avenida Bayview y comenzó a ofrecerle alcohol.

Después de que la chica perdió la conciencia, Homolka llamó a Bernardo para decirle que el regalo de bodas estaba listo.

Juntos la desvistieron; la chica era virgen. Instantes después, Bernardo filmaba a Homolka, quien violaba a la joven con un dildo; luego él la penetró y sodomizó. A la mañana siguiente, la chica estaba enferma y vomitaba, pero pensó que se debía a que era la primera vez que había bebido alcohol.

No se dio cuenta de que había sido violada.

Fue invitada nuevamente a la casa de Port Dalhousie en agosto, esta vez para "pasar la noche".

La joven fue drogada y le costaba respirar mientras Bernardo la violaba. Homolka llamó al 911 para pedir ayuda, pero minutos después llamó nuevamente para decir que "todo estaba bien" por lo que los servicios de emergencia se retiraron inmediatamente de la casa sin hacer ningún tipo de investigación o seguimiento.

La chica visitó una vez más a la pareja. Homolka y Bernardo le pidieron que tuviera sexo con él, por lo que ella se molestó y asustó, para luego huir.

LA VIDA DE PAUL BERNARDO

Bernardo se ocupaba en robar matrículas de automóviles, para ayudar a unos amigos en un negocio de contrabando de cigarrillos.

El 15 de junio de 1991, dos semanas antes de su boda, Paul Bernardo conoció a Leslie Mahaffy, quien estaba en la puerta de su casa de Burlington.

No había podido entrar debido a que no estaban sus padres y no había encontrado otro lugar donde estar.

Los dos se pusieron a charlar un rato, para luego irse juntos al automóvil de Bernardo con la excusa de buscar un cigarrillo; en ese momento, Bernardo la forzó a entrar al auto y la condujo hasta su casa, a 53 kilómetros de distancia.

Allí, Homolka y Bernardo la mantuvieron secuestrada durante 24 horas, donde fue sometida a constantes asaltos sexuales.

La pareja filmó los abusos en una cinta de video, incluida una escena en que Homolka mira la cámara momentos antes de violentar a la muchacha. Horas después, la asesinaron.

Karla declararía que Bernardo había estrangulado a la adolescente con un cable de electricidad. Por su parte, Bernardo dijo que la joven había muerto mientras él se encontraba fuera del cuarto y que Homolka la había asesinado con una sobredosis de Halcion.



Homolka, según Bernardo, dijo que la venda de la muchacha se había caído de sus ojos, por lo que ella podría identificarlos. Llevaron el cuerpo al sótano hasta que decidieron qué debían hacer para librarse de él.

Al día siguiente, los padres de Karla y su hermana Lori los visitaron para la cena del Día del Padre. Luego de que ellos se fueron, la pareja descuartizó el cadáver de Leslie Mahaffy. Bernardo desmembró el cuerpo en una improvisada tienda de plástico en el sótano. Luego de colocar los trozos en baldes con cemento, los arrojaron al Lago Gibson.

El 29 de junio de 1991, Karla y Paul se casaron en una fastuosa ceremonia con champagne.

Los novios llegaron al lugar de la ceremonia en un hermoso carruaje; luego de eso, recorrieron juntos en un carruaje arrastrado por caballos la ciudad de Niagara-on-the-Lake.

Mientras la boda se celebraba, una pareja que navegaba en canoa por el lago a las costas de St. Catharines, descubrió los bloques de cemento, abriendo uno de ellos para saber qué contenía y encontrando los trozos del cadáver de Leslie Mahaffy.

Karla y Paul pasaron su luna de miel en Hawaii.

Nada parecía fuera de lugar; como luego comentarían varios amigos suyos, era la "pareja perfecta". Sus amigos les llamaban “Ken y Barbie”, ya que ambos eran muy atractivos físicamente. Ese sobrenombre sería retomado, tiempo después, por los medios de información

Pero la relación ocultaba un matiz siniestro: Paul Bernardo seguía siendo un sádico, que disfrutaba al someter a su flamante esposa a continuos maltratos.

Sobre todo, gozaba golpeándola cuando mantenían relaciones sexuales. La obligaba a practicar sexo anal de manera violenta para lastimarla, la mordía, la abofeteaba e inclusive le propinaba puñetazos en el rostro.

También disfrutaba tomando fotografías de Karla desnuda, en poses sexualmente explícitas, amordazada y con esposas en las muñecas. Luego les mostraba las fotografías de su mujer a sus amigos.

Según escribió Karla en su diario, disfrutaba estas sesiones y la excitaba saber que otros hombres veían las imágenes.

NUEVA VICTIMA


El 16 de abril de 1992, Viernes Santo, Homolka y Bernardo conducían en su carro por las calles de St. Catharines cuando vieron a Kristen French en el estacionamiento de una Iglesia.

Karla detuvo el carro cerca de donde estaba la joven, y se bajó de él con un mapa aparentando estar perdida y buscando ayuda de French.

Cuando la joven se acercó para ayudarla, Bernardo la sorprendió con un cuchillo de cocina y la obligó a ingresar al automóvil. El lugar estaba lleno de gente que no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Un pedazo del mapa, un zapato de French y un poco de su cabello fue encontrado luego en la escena del asalto.

Homolka y Bernardo llevaron a French a su casa de Port Dalhousie, donde por tres días la asaltaron sexualmente, la abusaron y la torturaron.

Debido a que ambos debían pasar la cena de Pascua con los padres de Homolka, el asesinato de French se hacía inevitable. Y así lo hicieron. Estrangulándola.

Tras su arresto, Homolka diría que Bernardo la estranguló exactamente durante siete minutos mientras ella observaba.

Después de volver de la cena de Pascua, Bernardo y Homolka cortaron el cabello del cadáver y bañaron el cuerpo antes de arrojarlo a una zanja en Burlington, a menos de un kilómetro de donde Leslie Mahaffy estaba enterrada.

El cadáver de Kristen French fue hallado el 30 de abril de 1992.

Desde el principio, la desaparición de Kristen French fue tomada como un asunto criminal.

A diferencia de Leslie Mahaffy, ella no tenía problemas en su hogar y tenía un perro con el que caminaba diariamente y al cuál debía alimentar.

Al darse cuenta que su hija no llegaba a casa, sus padres contactaron a la policía. Los testigos aportaron poco a la desaparición diciendo que el auto del secuestrador era un Chevrolet Camaro, cuando en realidad el auto de Bernardo era un Nissan dorado.

La policía comenzó inmediatamente a rastrear todos los autos Camaro, pero nunca lo encontró.

Homolka y Bernardo habían sido interrogados muchas veces, en relación a las violaciones de Scarborough, en relación a la muerte de Tammy Homolka, en relación al acecho de Sydney Kershen y a un problema legal con las hermanas Patrich, quienes acusaron a Bernardo de haberlas acechado y filmado poco antes de la muerte de Kristen French.

LOS ASESINOS Y SU CAPTURA

Poco después del descubrimiento del cuerpo de esta joven, uno de los mejores amigos de Bernardo, Van Smirnis, hablando con una familia conocida (de la cuál uno de sus miembros era oficial de la Policía Provincial de Ontario) dijo que Bernardo podría ser un "buen sospechoso por el asesinato de Kristen French" y le comentó a la familia que se basaba en las sospechas acerca de que su amigo, Bernardo, había violado a una muchacha en el sótano de su casa mientras Homolka estaba arriba.

El oficial de policía, miembro de esa familia, emitió un reporte informando de Bernardo y el 12 de mayo de 1992 un sargento de la policía interrogó a Bernardo brevemente. La policía llegó a la conclusión de que Bernardo era un sospechoso muy poco probable, aunque ya había sido interrogado en relación a las violaciones de Scarborough.

Tres días después, el 15 de mayo, se creó el grupo Green Ribbon Task Force, especialmente formado para investigar las muertes de Leslie Mahaffy y Kristen French. Mientras tanto, Bernardo y Homolka avanzaban en sus planes de cambiarse los apellidos de Bernardo y Homolka a llamarse los “Teale”, el apellido de un villano (asesino en serie) que Bernardo había tomado de una película de 1988 llamada Criminal Law.

Cuando iba terminando el mes de mayo de ese año, otro conocido de Smirnis y de Bernardo, llamado John Motile, también lo señaló como el posible asesino.

En diciembre de 1992, el Centro de Ciencias Forenses comenzó finalmente a analizar las muestras de ADN que Bernardo había entregado a la policía en relación a las investigaciones por las violaciones de Scarborough tres años antes.

El 27 de diciembre de 1992, Bernardo atacó brutalmente a Karla y la golpeó con una linterna en las piernas, cabeza y rostro.

Con la excusa de haber sufrido un accidente automovilístico, Homolka regresó a su trabajo el 4 de enero de 1993. Sus escépticos compañeros de trabajo llamaron a los padres de Homolka, quienes al día siguiente la "rescataron" de Bernardo, sacándola de la casa; pese a esto, Karla regresó a su casa frenéticamente antes de que Bernardo regresara, para buscar algo.

Sus padres la llevaron al Hospital General de St. Catharines, donde la policía emitió un reporte de sus heridas, las que Homolka dijo que se debían a que su marido la había golpeado brutalmente; consecuentemente, levantó cargos contra Bernardo.

Fue inmediatamente arrestado, pero pocas horas después lo liberaron, luego de que reconociera todo y mostrara “muy buena voluntad en ayudar a la policía”.

Un amigo de Bernardo encontró una nota de suicidio que él había escrito, por lo que inmediatamente intervino para ayudar a su amigo.

Bernardo volvió a golpearla y Karla no soportó más: llamó a la policía para denunciar que, por enésima ocasión, Paul la había agredido. Cuando la policía llegó, encontró a Karla muy asustada y con un ataque de pánico. Para ese momento ya era totalmente sumisa y le temía.

Los agentes decidieron presionarla un poco. Karla se derrumbó y empezó a hablar. Esta vez, confesó los crímenes que había cometido junto a su marido desde 1991 y las violaciones que Bernardo cometía desde muchos años atrás.

Ese fue el principio del fin de la carrera criminal de Paul Bernardo, ya que la policía, con esta confesión, obtuvo una orden de cateo. Cuando examinaron la casa, encontraron, entre otras cosas, las videograbaciones realizadas por la pareja.

Veintiséis meses después de haber sido tomadas las muestras del ADN de Bernardo, se le informó a la policía de Toronto que el ADN de Bernardo coincidía con el posible violador de Scarborough. Inmediatamente, Bernardo fue puesto bajo vigilancia durante 24 horas.

Detectives especializados en los Asaltos Sexuales de Toronto entrevistaron a Homolka el 9 de febrero de 1993. Sin importarle que se le hubiera informado que Bernardo era sospechoso de los crímenes, Karla estaba concentrada en la golpiza que él le había propinado.

Esa misma noche, Homolka le contó a un tío y una tía suya que su esposo era el famoso “Violador de Scarborough” y que ambos habían estado involucrados en los asesinatos de Leslie Mahaffy y Kristen French; además de contarles que las violaciones y torturas estaban grabadas en cintas de video. Mientras tanto, la policía había reabierto las investigaciones sobre la muerte de Tammy Lyn Homolka.

El día en que Paul Bernardo y Karla Homolka fueron arrestados, la policía encontró los seis vídeos en su casa, en los que se veía como las jóvenes habían sido torturadas y violadas brutalmente por Paul y Karla.

El 11 de febrero de 1993, Karla Homolka contactó al abogado George Walker de Niagara Falls, quién buscó la máxima inmunidad para su cliente a través del Fiscal de St. Catharines, Ray Houlahan, a cambio de su cooperación plena en las investigaciones contra su esposo.

Al igual que Bernardo, a Homolka se le vigilaba las 24 horas. La relación se rompió poco después, cuando Homolka se divorció de Bernardo y comenzó a declarar en su contra.

El 13 de febrero de 1993 se aprobó el cambio de apellido de la pareja a “Teale”. Al día siguiente, George Walker se reunió con Murray Segal, Director de la Oficina Criminal. Walker le contó a Segal acerca de los videos de violaciones, por lo que Segal le informó a Walker que debido a la participación que Homolka había tenido en los crímenes, la inmunidad completa era prácticamente imposible.

Detectives de todas las Fuerzas Especiales que investigaban las Violaciones de Scarborough arrestaron a Paul Bernardo, acusándolo de numerosos cargos el 17 de febrero de 1993.

En ese momento, la evidencia que vinculaba a Bernardo con los asesinatos era pobre, por lo que las órdenes de registros tenían sus limitaciones. Todas las cintas de video que la policía hallaba en la casa debían ser vistas en ese mismo lugar, para que tuvieran valor jurídico.

Los daños provocados a la casa debían mantenerse en un nivel mínimo y la policía no tenía permitido derribar paredes o muros de la casa en busca de cintas de video. La búsqueda en la casa de doble piso, sótano y ático que tenía Bernardo duró 71 días. La policía sólo pudo hallar una cinta de video en la que se veía a Homolka practicándole sexo oral a una chica no identificada.

El 30 de abril de 1993 terminaron los registros en casa de Bernardo. El 6 de mayo de 1993, Bernardo ordenó a sus abogados Ken Murray y Carolyn MacDonald a través de un escrito, que ingresaran a la casa para sacar de ella (sin mirarlas), varias cintas de video escondidas detrás de una maceta colocada en el baño.

Esas cintas de video crearon polémica cuando se supo de su existencia, ya que en ellas estaba grabada las imágenes de la violación y tortura que sufrieron Tammy Homolka, Leslie Mahaffy y Kristen French, y además probaban sin ninguna duda la culpabilidad de Karla Homolka como participante activa en todos los crímenes.

El 17 de mayo de 1993, Karla Homolka ingresó junto con la policía a la casa, para que los investigadores pudieran tomar muestras de ADN así como muestras de cemento de los bloques en donde Bernardo había escondido los restos de Leslie Mahaffy.



El 5 de mayo de 1993, Walker fue informado de que el Gobierno ofrecía una sentencia reducida de 12 años de cárcel. Karla tenía una semana para aceptarla o no.

Si ella no aceptaba, sería acusada de dos asesinatos en primer grado, de uno en segundo grado y de muchos otros crímenes.

Walker aceptó la propuesta y más tarde Homolka también. El 14 de mayo de 1993, la negociación de sentencia entre Homolka y la Fiscalía terminó, por lo que Homolka comenzó a dar información a la policía a través de comunicados.

El 18 de mayo de 1993 Homolka fue acusada de dos cargos de homicidio. Bernardo por su parte fue acusado de dos cargos de secuestro, dos de confinamiento ilegal, de abusos y asaltos sexuales y de dos cargos de asesinato en primer grado uno de ellos agravado por desmembramiento.

Casualmente ese día el abogado de Bernardo había visto las cintas de video por primera vez. Murray decidió usar esas cintas para culpar a Homolka durante el juicio a Bernardo. Ni Murray ni MacDonald eran experimentados abogados, ni tenían la mínima experiencia penal; con el tiempo fueron mostrando poca ética y pasaron a ser considerados como potenciales criminales cuando se descubrió que ocultaban evidencia.

La revelación de que una pieza clave en el caso había estado guardada por tanto tiempo por la policía, creó descontento en la sociedad, más aún cuando se supo que Homolka había sido una sádica cómplice de Bernardo. No se permitió que las cintas fueran mostradas al público; sólo una parte del audio pudo ser oída. Mientras tanto, Bernardo seguía insistiendo que si bien el violó y torturó a Leslie Mahaffy y a Kristen French, fue Karla Homolka quien las mató, en parte por celos y en parte por diversión.

Para la primavera de 1993, la Fiscalía General de Ontario sabía que el juicio contra Bernardo era imposible de llevar a cabo si no se contaba con la evidencia aportada por Homolka. Sintéticamente, quería decir que si se quería realmente encarcelar a Paul Bernardo de por vida, se tenía que creer el testimonio de Karla Homolka. Aún en vista de que ella podría contar la historia de una manera que la favoreciera y así sería ella exculpada de todos los cargos; presentándose como víctima y no como la depredadora que era; su responsabilidad por los crímenes cometidos podría verse disminuida y se mantendría la inevitable credibilidad en ella como testigo".

El 27 de junio de 1993, Homolka celebró una fiesta con la asistencia sus padres: era increíble que se lo permitieran. Además, alegando la necesidad de un dar un juicio justo a Bernardo, se le prohibió a la prensa informar acerca de las investigaciones preliminares referentes a Homolka. La corte sólo permitía informar acerca de una sentencia condenatoria, pero no permitía informar los motivos de la sentencia. La censura siempre fue conectada al derecho de Paul Bernardo a tener un juicio justo. Una nota del Ministerio de Abogados de Ontario afirmaba que la censura fue impuesta realmente para "proteger a las familias".

La Corte impuso la censura el 5 de julio de 1993, y fue decretada por Justice Francis Kovacs de la Corte de Ontario. A través de sus abogados, Karla Homolka apoyaba la censura, mientras que los abogados de Bernardo lo veían como algo perjudicial para su cliente, dado que Karla había sido presentada a la gente como una víctima, que padecía del Síndrome de la Mujer Maltratada, sin tomar en cuenta la clase de crímenes que Karla había cometido, encubierto o ayudado a perpetrar.

Cuatro medios de comunicación y también un escritor se opusieron a la censura. Algunos abogados dijeron que los rumores perjudicarían mucho más al proceso del juicio, que si se mostrara la verdadera evidencia que se estaba presentando. Sin embargo, Internet evadió la censura. Periodistas estadounidenses se basaron en la Primera Enmienda y publicaron detalles de las declaraciones de Homolka, los cuáles fueron ampliamente distribuidos luego por los "quebrantadores de la censura", principalmente grupos de noticias.

Información y rumores acerca del caso se propagaban y estaban al alcance de cualquiera que tuviera una computadora y un módem en Canadá. Además, muchos de los detalles que circularon por Internet iban mucho más allá de los detalles conocidos del caso. La edición de Newsweek del 6 de diciembre de 1993 informó sin permiso que, según sus corresponsales, los secuestradores cortaban con elementos quirúrgicos los tendones de las piernas de sus víctimas para que no pudieran escapar. Otros rumores fueron detalles de más asesinatos atribuidos a Paul Bernardo y Karla Homolka.

Periódicos de Buffalo, Detroit, Washington, Nueva York y Gran Bretaña, informaron de detalles recogidos por gente presente en el juicio de Homolka. La cadena televisiva Fox emitió dos programas acerca de los crímenes. Muchos canadienses piratearon a través de la frontera copias del The Buffalo Evening News, sin obedecer órdenes de la policía que había amenazado con arrestar a todo aquel que tuviera más de una copia en la frontera.

Copias encontradas fueron confiscadas por la policía canadiense. Copias de periódicos como The New York Times eran devueltas a la frontera o no eran aceptadas por los distribuidores en Ontario. Gordon Domm, un oficial de policía retirado que desafió la prohibición que pesaba sobre la publicación de detalles a medios de información extranjeros, fue acusado y sentenciado por no obedecer las órdenes.

Pronto, las autoridades concluyeron que no tenía pruebas suficientes como para acusar a la pareja, por lo que se siguieron llevando a cabo conversaciones con el abogado de Homolka, George Walker, quien dijo que su clienta podría proporcionar la información que se necesitaba; pero por supuesto, tenía un precio. Además, Walker presionaba para que se tomara a Homolka como una víctima de los constantes abusos de Paul Bernardo, mientras que la fiscalía afirmaba que ningún tipo de abuso que ella hubiera podido sufrir, justificaba su participación en cada asesinato.

La provincia estaba siendo gobernada por el Nuevo Partido Democrático, que también tomó cartas en el asunto. Antes de que finalizara la negociación, Walker tenía a su cliente siendo evaluada por dos psiquiatras y un psicólogo clínico, quienes aseguraron absurdamente que el estado mental de Karla era comparable al de un "sobreviviente de un campo de concentración nazi". Esto le hizo creer a la Fiscalía que Homolka era una "víctima obediente", una justificación de origen antiguo, que fue tratada en el documento del FBI titulado Víctimas obedientes de un sádico sexual, escrito por el estudioso de perfiles criminales Roy Hazelwood.

En octubre de 1993, Bernardo y sus abogados habían examinado más de 4,000 documentos procedentes de la Fiscalía. Murray había dicho que ellos estaban dispuestos a entregar las cintas de video a la Fiscalía, si se le permitía interrogar a Homolka antes de que ella llegara a la audiencia preliminar. La audiencia nunca se llevó a cabo.

Murray dijo que las cintas mostraban a Homolka asaltando sexualmente a cuatro jóvenes mujeres, teniendo sexo con una prostituta en Atlantic City y en otro momento, drogando a una joven que estaba inconsciente.

Al final, el juicio contra Karla Homolka duró unos pocos minutos. Un profesor de Leyes llamado Jamie Cameron declaró qué "al momento del juicio de Homolka, tres iconos del caso consternaban y preocupaban al público. Primero, poco se sabía acerca de las ofensas y asaltos sexuales que las víctimas habían tenido que sufrir durante su cautiverio antes de ser asesinadas, aunque un rumor decía que el tratamiento era sádico, horrendo e inimaginable. Además, poco se sabía acerca de qué rol había jugado cada uno en los asaltos sexuales y posteriores asesinatos de las víctimas".

Paul Bernardo fue juzgado por las muertes de Mahaffy y French en el año 1995 y el juicio incluyó declaraciones de la propia Karla en su contra, y muestras de los videos en los que Paul violaba a las víctimas.

El juicio fue totalmente privado, debido al miedo de la publicación de los videos por parte de la prensa y se trasladó desde Toronto hacia St. Catharines, donde ocurrieron los crímenes.

Las declaraciones de Bernardo fueron distintas en todo momento: dijo desde que las muertes habían sido accidentales hasta que Karla era la propia asesina.

El 1 de septiembre de 1995, Canadá cerró esa oscura página de su historia, condenando a Paul Bernardo a cadena perpetua. Luego, Bernardo sería declarado “peligroso violador”, algo que en la ley canadiense equivalía a que el condenado no sería liberado nunca bajo palabra.

Desde su condena, Paul Bernardo permaneció tras las rejas en la Penitenciaria de Kingston, bajo confinamiento solitario, para protegerlo de los demás convictos, ya que según los códigos carcelarios, un criminal como Bernardo nunca sería bien recibido en las celdas comunitarias.

Karla Homolka recibió una sentencia reducida a cambio de su declaración completa contra su ex marido. Fue condenada a 12 años de prisión, una medida que fue muy criticada por los canadienses.

Tras permanecer varios años en prisión, el 4 de julio de 2005, Karla Homolka salió de la cárcel. Apenas salió, dio entrevistas a la televisión, para insistir en su inocencia y en la supuesta manipulación que su ex esposo había ejercido sobre ella. Los medios internacionales, que habían publicado interminables notas sobre “Los Asesinatos de Ken y Barbie”, dieron espacio a las declaraciones de la asesina.

Varios días antes de la liberación, Paul Bernardo fue entrevistado por la policía y por su abogado, Tony Bryant. Acordando con Bryant, Bernardo declaró que él siempre había estado dispuesto a liberar a las víctimas y que Karla se había negado. Sin embargo, Mahaffy fue asesinada al ver el rostro de Bernardo después de que se le desprendiera el vendaje que cubría sus ojos.

Karla aseguró que Paul la mató, ya que Mahaffy, al reconocer a Paul, los delataría ante la policía. Bernardo también declaró que Karla asesinó a Mahaffy, inyectándole una burbuja de aire con una jeringa en el torrente sanguíneo, provocándole una embolia.

Muchos libros fueron sido escritos basándose en los crímenes de “Los Asesinos Ken y Barbie”, y en octubre de 2005, una película referente a ese caso se estrenó. Karla Homolka decidió rehacer su vida: volvió a casarse y actualmente vive en Las Antillas, junto a su hijo y su actual esposo, Thierry Bordelais.